ELAPIDAE
La Familia de los Elapidae comprende sólo especies venenosas.
Están directamente emparentados con la Familia Colubridae, pero no se los puede considerar como descendientes evolucionados de las culebras clásicas.
Poseen en la parte anterior de la mandíbula superior, dos dientes venenosos, con algunas piezas dentarias detrás. Los primeros no siempre son acanalados, en muchas ocasiones sólo presentan un surco, de modo que la inoculación del veneno resulta mucho menos perfecta. El líquido tóxico resbala a lo largo del surco dentario y no se inyecta directamente en la herida, por lo que pierde cierta cantidad y efectividad.
La Familia Elapidae tiene las serpientes venenosas más peligrosas debido a la tremenda toxicidad de su veneno. Entre ellas destacan las Cobras "Naja", las Mambas "Dendroaspis" y las Coral "Micrurus".
Suelen ser Ofidios de dimensiones medianas, e incluso pequeñas, pero existen en la familia especies de gran tamaño como la Mamba africana, que supera los tres metros, y la Cobra real del continente asiático, de los cuales se han encontrado ejemplares de hasta cinco metros de longitud.
Se caracterizan por su coloración variada, y con frecuencia de tonos vivos, con anillos, manchas o bandas longitudinales que contrastan con la tonalidad del fondo. Por lo común la región ventral ofrece un colorido brillante. Se atribuye este fenómeno, rarísimo entre los reptiles, a la costumbre que tienen ciertos Elápidos de erguirse y presentar la forma ventral al enemigo que pretenden intimidar.
La cabeza se halla poco diferenciada del cuello.
Carece de adornos particulares, aunque, en determinadas especies, aparecen dibujos que contrastan vivamente con el color del fondo cuando el animal separa sus costillas e hincha el cuello; Cobra de anteojos.
Al igual que las culebras, la cabeza está cubierta de grandes placas cefálicas.
Son esencialmente terrestres, y en muchas ocasiones semiarborícolas. Existe una especie acuática, la Cobra de agua "Boulengerina-annulata", que vive en los lagos y cursos fluviales de África.
En su mayoría, los Elápidos son ovíparos, salvo en Australia, donde casi todas las especies son ovovivíparas. El género "Denisonia", es vivíparo, con formaciones placentarias.
Los ejemplares de esta familia se nutren de mamíferos y de anfibios. Muchas especies, sobre todo las de grandes dimensiones, presentan dieta ofiófaga (se alimentan casi exclusivamente de serpientes).
Son, en general, animales muy vivos y ágiles. No muerden con centelleante rapidez, pero su veneno tiene tal toxicidad que, sin lugar a dudas, se trata de los ofidios más peligrosos entre todas las especies venenosas.
Los dientes con que inoculan veneno resultan proporcionalmente más cortos que los de la Familia Viperidae y, una vez que los han clavado, tienen la tendencia a no soltar enseguida la presa, quizá para impregnar mejor la herida con el veneno.
Ciertas especies de Cobras africanas de capucha relativamente estrecha han adquirido la habilidad de escupir su veneno a considerable distancia, y lo hacen con precisión alarmante, dirigiendo el veneno a la cara y a los ojos de cualquier animal grande que se les aproxime. El veneno actúa sobre los ojos como potente irritante, produciendo una fuerte sensación de quemadura. Sólo es posible evitar una lesión permanente lavándolos muy pronto con agua. El veneno es expulsado por medio de una presión muscular sobre la glándula, y el chorro del líquido es dirigido hacia delante a través de una estrecha abertura del colmillo, situada en aquella dirección, y que se diferencia muy bien de la abertura dirigida hacia abajo presente en los colmillos de las cobras no esputantes.
Están directamente emparentados con la Familia Colubridae, pero no se los puede considerar como descendientes evolucionados de las culebras clásicas.
Poseen en la parte anterior de la mandíbula superior, dos dientes venenosos, con algunas piezas dentarias detrás. Los primeros no siempre son acanalados, en muchas ocasiones sólo presentan un surco, de modo que la inoculación del veneno resulta mucho menos perfecta. El líquido tóxico resbala a lo largo del surco dentario y no se inyecta directamente en la herida, por lo que pierde cierta cantidad y efectividad.
La Familia Elapidae tiene las serpientes venenosas más peligrosas debido a la tremenda toxicidad de su veneno. Entre ellas destacan las Cobras "Naja", las Mambas "Dendroaspis" y las Coral "Micrurus".
Suelen ser Ofidios de dimensiones medianas, e incluso pequeñas, pero existen en la familia especies de gran tamaño como la Mamba africana, que supera los tres metros, y la Cobra real del continente asiático, de los cuales se han encontrado ejemplares de hasta cinco metros de longitud.
Se caracterizan por su coloración variada, y con frecuencia de tonos vivos, con anillos, manchas o bandas longitudinales que contrastan con la tonalidad del fondo. Por lo común la región ventral ofrece un colorido brillante. Se atribuye este fenómeno, rarísimo entre los reptiles, a la costumbre que tienen ciertos Elápidos de erguirse y presentar la forma ventral al enemigo que pretenden intimidar.
La cabeza se halla poco diferenciada del cuello.
Carece de adornos particulares, aunque, en determinadas especies, aparecen dibujos que contrastan vivamente con el color del fondo cuando el animal separa sus costillas e hincha el cuello; Cobra de anteojos.
Al igual que las culebras, la cabeza está cubierta de grandes placas cefálicas.
Son esencialmente terrestres, y en muchas ocasiones semiarborícolas. Existe una especie acuática, la Cobra de agua "Boulengerina-annulata", que vive en los lagos y cursos fluviales de África.
En su mayoría, los Elápidos son ovíparos, salvo en Australia, donde casi todas las especies son ovovivíparas. El género "Denisonia", es vivíparo, con formaciones placentarias.
Los ejemplares de esta familia se nutren de mamíferos y de anfibios. Muchas especies, sobre todo las de grandes dimensiones, presentan dieta ofiófaga (se alimentan casi exclusivamente de serpientes).
Son, en general, animales muy vivos y ágiles. No muerden con centelleante rapidez, pero su veneno tiene tal toxicidad que, sin lugar a dudas, se trata de los ofidios más peligrosos entre todas las especies venenosas.
Los dientes con que inoculan veneno resultan proporcionalmente más cortos que los de la Familia Viperidae y, una vez que los han clavado, tienen la tendencia a no soltar enseguida la presa, quizá para impregnar mejor la herida con el veneno.
Ciertas especies de Cobras africanas de capucha relativamente estrecha han adquirido la habilidad de escupir su veneno a considerable distancia, y lo hacen con precisión alarmante, dirigiendo el veneno a la cara y a los ojos de cualquier animal grande que se les aproxime. El veneno actúa sobre los ojos como potente irritante, produciendo una fuerte sensación de quemadura. Sólo es posible evitar una lesión permanente lavándolos muy pronto con agua. El veneno es expulsado por medio de una presión muscular sobre la glándula, y el chorro del líquido es dirigido hacia delante a través de una estrecha abertura del colmillo, situada en aquella dirección, y que se diferencia muy bien de la abertura dirigida hacia abajo presente en los colmillos de las cobras no esputantes.
La familia incluye Ofidios cuyas características más comunes son:
- formas esbeltas, con tronco y cola espigados.
- cabeza cubierta por formaciones de placas grandes.
- pupila redondeada.
- gran similitud con la Familia de los Colubridae con respecto a su forma.
- existencia de aparato venenoso, con hueso maxilar no muy desarrollado y dotado en su extremo anterior de uno o dos dientes del veneno con canal interior o surco acanalado, más varios dientes macizos.
- aparato dentario proteroglifodonte.
- veneno de acción neurotóxica, y en todos los casos muy poderoso.
- de reproducción ovípara en general y ovovivípara, con una sola especie de reproducción vivípara.
- formas esbeltas, con tronco y cola espigados.
- cabeza cubierta por formaciones de placas grandes.
- pupila redondeada.
- gran similitud con la Familia de los Colubridae con respecto a su forma.
- existencia de aparato venenoso, con hueso maxilar no muy desarrollado y dotado en su extremo anterior de uno o dos dientes del veneno con canal interior o surco acanalado, más varios dientes macizos.
- aparato dentario proteroglifodonte.
- veneno de acción neurotóxica, y en todos los casos muy poderoso.
- de reproducción ovípara en general y ovovivípara, con una sola especie de reproducción vivípara.
El área de dispersión de la familia comprende las regiones cálidas del globo. Se lo encuentra en África, con la única excepción de la isla de Madagascar, en América tropical y subtropical, en Asia y, sobre todo en Australia, donde constituyen, en cuanto a número de especies, la mayoría de los ofidios. Casi la mitad de los géneros de Elápidos existentes en el mundo se encuentran representados en Australia. Tan sólo en esa parte del globo la familia desborda un tanto las zonas cálidas para alcanzar, por el sur, las regiones templadas. Debido que en la fauna australiana no existe la Familia Viperidae y los representantes de la Familia Colubridae son muy escasos, los Elápidos han podido ocupar todos los campos ecológicos disponibles. Existen enormes especies terrestres y otras muy pequeñas y prácticamente subterráneas. Hay escasas especies arborícolas y una subacuática.
La única especie acuática del género se encuentra en África.
Presenta cincuenta y cinco géneros.
La única especie acuática del género se encuentra en África.
Presenta cincuenta y cinco géneros.
Géneros:
Acanthophis
Antairoserpens
Aspidelaps
Aspidomorphus
Austrelaps
Boulengerina
Brachyurophis
Bungarus
Cacophis
Calliophis = Maticora
Cannia = Controvertido
Cryptophis
Demansia
Dendroaspis
Denisonia
Drysdalia
Echiopsis
Elapognathus
Elapsoidea
Euprepiosoma
Furina
Glyphodon
Hemachatus
Hemiaspis
Hemibungarus
Hoplocephalus
Leptomicrurus
Loveridgelaps
Micropechis
Micruroides
Micrurus
Naja
Notechis
Notopseudonaja
Ogmodon
Ophiophagus
Oxyuranus
Pailsus
Paranaja
Parapistocalamus
Paraplocephalus
Parasuta
Plasidaserpens
Pseudechis
Pseudohaje
Pseudonaja
Rhinoplocephalus
Salomonelaps
Simoselaps
Sinomicrurus
Suta
Toxicocalamus
Tropidechis
Vermicella
Walterinnesia
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