domingo, 8 de septiembre de 2013

Vipiridae


VIPERIDAE


Serpientes muy ponzoñosas, que se caracterizan por tener huesos faciales movibles; ectopterigoide (transpalatino) extendido a la mandibula; supratemporal presente. Maxilar muy corto, perpendicularmente eréctil al ectopterigoide y soportando un par de largos colmillos curvados, huecos e inoculadores de veneno, pero sin surco externo. Hipapófisis desarrollados a lo largo de la columna vertebral.
No miden más de dos metros de longitud.
Esta familia comprende a las serpientes más especializadas de toda la rama filética ofídica. Los caracteres fundamentales del esqueleto, cráneo incluido, no se apartan de los que ya fueron citados para la Superfamilia Xenophidia (Colubroidea). Sin embargo la extrema contracción y el perfeccionamiento estructural del maxilar son de por sí suficientes para separarlos del resto. Sin ninguna conexión con el reducido premaxilar, el maxilar sufrió en efecto acortamiento y engrosamiento excepcionales, con articulación singularmente libre y extensible. permitiendo movimientos de rotación o elevación muy rápidos. En cada maxilar se implanta un largo colmillo levemente curvado, acanalado y con conducto cerrado, de salida anterior e inferior, constituyendo pues una verdadera jeringa.
El cuerpo de la mayoría de estas serpientes es grueso y achatado; la cabeza también muy ancha y superiormente aplanada, bien distinta del cuello, con neta región cantal y pupila vertical elíptica.
Su aparato venenífero alcanza el mayor desarrollo. Los colmillos que inyectan el veneno son muy grandes, tanto que, para evitar que se claven en el fondo de la boca, el hueso en que se insertan articula con los del cráneo, de modo que, cuando no están en uso se encuentran doblados hacia atrás, apoyándose en el arco bucal, se alzan en la boca sólo en el momento preciso del ataque. El conducto de las glándulas venenosas desemboca junto a la abertura del pequeño canal dentario, en la base del colmillo. Cuando el ofidio muerde o pica, dos robustos músculos comprimen la glándula productora del veneno.
La mandíbula, el hueso pterigoideo y el palatino están provistos de dientes sólidos, lisos y ganchudos, que el ofidio clava a la presa y con los que arrastra hacia las fauces, mientras las ramas de la mandíbula inferior, reunidos por un tejido conectivo flexible, avanzan alternadamente. Dado que todo el aparato palatino maxilar es muy dilatable, debido a la movilidad de los huesos que lo constituyen, y como la presa se insaliva abundantemente mediante una secreción glandular, los Vipéridos pueden engullir animales relativamente voluminosos.
En general las víboras no han explotado una diversidad de hábitat. La pesada forma de su cuerpo parece ser una característica antigua tal, que, en términos evolutivos, los restringía a unas cuantas maneras particulares de vida.
Casi siempre son de hábitos nocturnos o crepusculares. Las víboras acechan su presa, mamíferos, aves menores, saurios y anfibios, pero no peces, la atacan, esperan que muera y la engullen.
Su aparato perfeccionado de inyectar veneno fue lo que probablemente dio origen a ese comportamiento, el cual a su vez hizo posible el desarrollo de la forma robusta. Una serpiente que tenga que perseguir a una presa activa tiene que ser a su vez relativamente veloz, y por lo tanto bastante delgada. Pero si una serpiente puede permanecer enmascarada debido a su mimetismo, su cuerpo puede ser indistintamente de forma delgada o robusta.
Son los más lentos de los ofidios venenosos, y por este motivo parecen más astutos que las especies similares.
Una forma de cuerpo pesada es particularmente eficaz sobre la superficie del suelo, y la gran mayoría de las víboras, son terrícolas. Las pocas que han adoptado una vida arborícola utilizan la misma adaptación que las especies arborícolas de pesado cuerpo, y cola prensil de la Familia Boidae. Muchos viven en arena suelta y han adquirido un sistema de locomoción lateral y un método especial de enterrarse, para los cuales un cuerpo robusto no constituye inconvenientes.
Se ocultan bajo las piedras o en refugios subterráneos, y algunos, incluso, excavan galerías.
La gran mayoría de las víboras han perdido los grandes escudos de la cabeza característicos de las Serpientes colubrinas, y los han sustituido por numerosas escamas pequeñas, que confieren una de las distinciones entre ellas, sin ser eso una característica principal.
La forma normal de su cuerpo es corto y robusto. Las modificaciones de esa forma consisten principalmente en un gran ensanchamiento de la cabeza y un acortamiento extremo de la cola.
Como la gran mayoría son ovovivíparos, aunque también existen ovíparos, las hembras grávidas, tienen en su vientre formados hijuelos envueltos en una tenue membrana transparente. Ostentan el privilegio de los mayores índices de fertilidad en las serpientes, pues ciertas especies del género Bitis de África austral pueden llegar a tener de 70 a 75 crías en una sola vez. Éstos pueden medir unos quince centímetros cada uno. Listos para valerse por sí mismos en este mundo hostil y competitivo, presentan desde su nacimiento todas las cualidades de los adultos, incluso su ponzoña.
Presentan un área de dispersión extensísima, desde el círculo polar ártico y las altas montañas, hasta las zonas tropicales, tanto en ambientes de exuberante vegetación como en zonas desérticas.
Se nutren de animales vivos, sobre todo de roedores.

La familia de los Vipéridos, comprende ofidios que se caracterizan por:
- formas, en general, gruesas, con tronco macizo, ancho y aplanado, y cola breve.
- cabeza ensanchada por su parte posterior (con típico perfil triangular visto desde arriba), bastante aplanada, con la región superior cubierta de escamas de diferente tamaño y hocico corto.
- ojos con pupila vertical, sin más excepción que unas pocas especies.
- las escamas de la región dorsal son típicamente aquilladas.
- piel de dibujo completo, con efectos de original elegancia, pese a la sobriedad del colorido.
- hueso del maxilar en forma de pirámide, corto, movible y con dientes en forma de sable, acanalados interiormente.
- primer diente acanalado de cada mitad mandibular, funcional (colmillo venenoso), puede ser sustituido por dientes siguientes en caso de rotura o caída.
- dientes venenosos que se mantienen horizontales en posición de reposo, y erguidos verticalmente, con la punta dirigida hacia abajo, cuando el animal se dispone a atacar. Serie glifodonte, endoglifodonte, solenoglifodonte.
- glándulas venenosas por lo general voluminosas, colocadas simétricamente en la parte posterior de la cabeza y en forma de frasquito, en muy raras ocasiones cilíndricas.

Esta Familia está conformada por tres subfamilias: Subfamilias:
Azemiopinae
Crotalinae
Viperinae
Viperidae
Viperidae

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